Noticias Chile | Se cumplen 38 años del episodio judicial que terminó con Sebastián Piñera declarado reo de la justicia chilena
Hace un tiempo atrás, Sebastián Piñera durante una entrevista dijo que lo ha pasado muy mal por las distintas situaciones que ha enfrentado el país, en los intensos y convulsionados últimos meses.
«Yo lloro mucho por dentro (pero) no me derrumbo», indico en medio del tenso y cuestionado diálogo durante la entrevista.
Un episodio que seguramente también lo hizo llorar, nos remonta a la década de los 80 y tiene que ver con una fallida jugada en el ámbito de los negocios que lo degradó públicamente, persiguiéndolo hasta hoy.
Y es que el día en que los camioneros decidieron enfrentar al Ejecutivo, ocasionándole un nuevo dolor de cabeza a su segunda administración, coincide con esta efeméride que lo traslada directamente a tribunales nacionales.
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Hace exactamente 38 años, en 1982, el entonces juez del Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, Luis Correa Bulo, dispuso la detención de Sebastián Piñera Echenique.
A través de esta medida, al empresario se le conminó a responder por infracciones varias a la Ley General de Bancos, además de la defraudación del Banco de Talca.
Tan gravísimos fueron los hechos que lo colocaron justo en medio de la observación de la justicia, que años después la fallecida ex ministra de esa cartera durante el gobierno militar, Mónica Madariaga, señalo que operó para salvar a Piñera.
Asimismo, de acuerdo a antecedentes que provocaron revuelo en aquella época, intervino abiertamente ante el Poder Judicial. Su gestión permitió evitar que el empresario fuera procesado por la quiebra del Banco de Talca.
Posteriormente, la Corte Suprema es la encargada de acoger un recurso de amparo. La acción impidió que se le detuviera y encausara.
El magistrado, de hecho, confirmó las presiones a las que estuvo afecto desde el régimen militar.
En plena democracia, Correa Bulo, quien se desempeñaba como ministro de la Corte Suprema, terminó destituido por haber estado involucrado en varios acontecimientos que no se condicen con el marco ético bajo el que debe actuar un juez.
Frente a la contundencia de los cargos que han mancillado y desgastado su imagen pública a causa de un episodio que no ha logrado eliminar del inconsciente colectivo, Piñera se ha esforzado en instalar un plan para contrarrestar los nefastos efectos de su irregular accionar.
Las veces que ha enfrentado los hechos, se ha defendido indicando que jamás estuvo prófugo y nunca huyó de la acción de la justicia cuando Correa Bulo ordenó su captura, pese a que su esposa Cecilia Morel fue la encargada de protegerlo cuando la policía acudió para su detención.
«Abandonó el domicilio y ni siquiera se despidió de mí», declaró en esa oportunidad su cónyuge.
En la causa en su contra, de acuerdo a los hechos citados por el Mostrador, declararon Miguel Calaf y Alberto Danioni, controladores del 65% del Banco de Talca, además de 80 empresas del Grupo Calaf-Danioni, muchas de las que en esa época se encontraban altamente endeudadas, excediendo incluso los montos permitidos por ley.
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En la primera declaración de Calaf que hizo ante el magistrado el día 13 de julio de 1982, aseguró que su persona de confianza, Eduardo Barbé y quien oficiaba como coordinador entre el banco y las empresas relacionadas, le transparentó la estrategia de Piñera.
El actual mandatario, le «había insinuado que formara empresas de papel para mejorar la imagen del banco, con el objeto de traspasar a estas las deudas incobrables para que fueran castigadas, esto es extinguidas por la superioridad del banco».
Danioni confirmó la versión de Calaf. «Debo reconocer que, por sugerencia del gerente del Banco de Talca, Sebastián Piñera, Eduardo Barbé gestionó la creación de cuatro empresas agrícolas para traspasar a ellas las deudas incobrables», sostuvo en medio de una indagatoria.
De acuerdo a su testimonio, los estados financieros del banco fueron elaborados por el propio Piñera, especificando que jamás tuvo injerencia en ellos.