Vecinos del Barrio Yungay cuentan su experiencia de vivir al lado de Gabriel Boric, la mayoría lo califica como negativo

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  • ¿QUÉ PASÓ?

Tras la decisión del presidente Gabriel Boric Font, de vivir en una casona ubicada en el corazón del Barrio Yungay, fundado en el año 1839, en conmemoración a la Batalla de Yungay, muchos vecinos consideraron que este gesto era un gran apoyo hacia la comunidad que ha luchado por varias generaciones por mantener las viviendas y la historia que enmarca el sector.

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Sin embargo, no todos los vecinos cercanos a la residencia están muy contentos con la llegada de la primera autoridad. Algunos vieron el incremento de la plusvalía de los inmuebles, pero otros también viven con la contraparte de tenerlo como residente, según consignó Publimetro.

  • Algunas aristas

Nitza Ditzel (62):

“Llegué a vivir al barrio en enero de 1994, con mis dos hijos chicos, a cuatro cuadras del presidente. En esa época, el barrio era super tranquilo. Todo cambió hace unos seis años atrás, con la llegada masiva de extranjeros. El barrio se puso más peligroso, sobre todo después del estallido social. Yo diría que con la llegada de Boric veo que hay más iluminación, se recoge la basura más seguido y en las noches hay un silencio que antes no había. Antes se escuchaban muchos fuegos artificiales, balazos y últimamente no he escuchado más. También se dio la posibilidad de mejorar la fibra óptica de Internet. Como contra, creo que la casa queda muy expuesta ante las marchas. Vi pasar un montón de estudiantes y me asusta que puedan venir turbas que, al no poder llegar a su casa, afecten el entorno. No sé cuánto dure esta tranquilidad”.

Martín Muñoz Carriel (41):

“Soy actor titiritero y vivo hace 10 años en el Barrio Yungay, a siete cuadras del presidente. Yo, hasta el momento, no he visto ningún cambio para mejor. Hay un perímetro de tres cuadras a la redonda con carabineros estacionados, a dos cuadras de su casa hay casetas con carabineros, pero no se ve ningún cambio. Al lado de mi casa venden cocaína, en la esquina fuman pasta base y en la Plaza Yungay está lleno de gente vendiendo droga. Los carabineros pasan por al frente y no hacen nada. Hay calles completas donde venden droga y los asaltos siguen igual. Los vecinos estábamos bien entusiasmados con la llegada de Boric por el tema de la seguridad, pero la seguridad es solo para él”.

Elena (39):

“Hace 15 años trabajo en la feria de Esperanza con Agustinas y los contras es la accesibilidad porque con la llegada de Boric sacaron la feria de los coleros de la calle Portales y la cambiaron a Agustinas, sin avisar. Entonces, ahora la calle Agustinas está completamente cerrada cuando hay feria y no hay posibilidad de acceder en vehículo o evacuar hacia el hospital más cercano en caso de emergencia. Tampoco podemos estacionar los vehículos donde lo hacíamos antes y yo tengo una discapacidad de movilidad y Seguridad Ciudadana no me deja entrar en el vehículo donde trabajo”.

Nicolás Fernandois (40):

 

“Por un lado encuentro que es super bueno tener un presidente de la República en un barrio tan popular. Simbólicamente, es bueno tener a una autoridad de esa importancia. Pero lo malo, es el corte de calles y algunas actividades que se pueden ver coartadas en su desarrollo, como intervenciones callejeras, por la presencia tan invasiva de carabineros. Yo creo que esta llegada del presidente tiene que ser evaluada y comunicada con los vecinos, porque nosotros vivimos aquí antes que él y nos encontramos con grandes cambios de un día para otro. Debió haber más comunicación con los vecinos”.

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