“La Sociedad de la Nieve” un imperdible de Netflix a más de medio siglo de la tragedia de Los Andes
¿Cómo contar una historia que ha sido contada una y mil veces desde que aconteciera el 13 de octubre de 1972? La “Tragedia de Los Andes” , un tópico latinoamericano que vuelve una y otra vez debido a la magnitud sobrehumana, filosófica, increíble, pero tan real —tanto que llama al silencio del tabú— del episodio, consigna Infobae.
- La Historia del vuelo
Un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya transportaba al equipo de rugby Old Christians Club hacia Chile para jugar un match amistoso cuando, al cruzar la Cordillera, la aeronave impactó contra las altas cumbres, justo en el límite de Chile y Argentina, en el Valle de Las Lágrimas, Departamento de Malargüe, debido a un error de navegación de la tripulación, precipitándose parte del fuselaje como un tobogán en medio de las montañas y la nieve. La parte delantera del avión se deslizó a toda velocidad por la ladera helada de la montaña hasta detenerse bruscamente. La aeronave transportaba a 5 tripulantes y 40 pasajeros, sobrevivieron 29. Sólo 16 lograrían contar la historia.
- Netflix
En este 2024 que comienza, Netflix estrena “La Sociedad de la Nieve”, del director español J.A. Bayona, que también filmó El orfanato, Lo imposible y el último episodio de Jurassic Park, entre otros films. Con un presupuesto de 66 millones de dólares, se trata de la película más cara de la cinematografía española, y está nominada a “Mejor Película extranjera” y otras tres categorías más para los Oscar. El elenco está conformado por actores uruguayos y argentinos, entre quienes se destacan Esteban Bigliardi, Agustín Pardella, Matías Recalt y la factura técnica es impecable en todos los rubros, desde el diseño de imagen y sonido (¡esa fotografía espectacular!), pasando por la banda sonora al montaje.
La película brilla cuando cuenta lo ocurrido con el escenario de un perímetro de nieve blanca, el interior de un fuselaje del avión roto por la mitad y luego el paisaje magnífico de la montaña —pero sobre todo aquellos dos escenarios mencionados—. Es que los sobrevivientes no podían moverse mucho, primero, para mantener el calor en medio de las altas alturas; luego porque no había donde. Y finalmente, porque lo que quedaba de la cabina de pasajeros era el último resguardo para sus vidas.
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Tras 72 días de sufrimiento extremo en la alta montaña, una expedición baja hacia el valle chileno, y en Los Maitenes, un arriero a caballo los ve, son Fernando Parrado y Roberto Canessa, extenuantes y en los puros huesos se encuentran con su salvador, Sergio Catalán Martínez. Ante la imposibilidad de comunicarse, pese a los gritos y debido al ruido provocado por la corriente del agua del río, decidió lanzar, a sus interlocutores, una libreta y un lapicero que llevaba consigo. Ellos se la devolvieron con el siguiente mensaje: Dadas las escasas fuerzas que le quedaba, luego de días de agotadoras jornadas de caminata, Fernando Parrado escribió: “Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?
Ató la nota a una piedra y la arrojó a la otra orilla. El arriero la leyó e hizo señas de que había comprendido. “En un principio pensé que era gente que estaba turisteando, o que eran cazadores…” Pero al leer el papel, al par de hombres que vestían como andrajosos les lanzó cuatro panes y les hizo señas de que volvería. “Ver al arriero fue una sensación muy especial”, recordó años después Fernando Parrado. “Fue un ángel que apareció de la nada”.
Junto a su hijo Juan de la Cruz, cabalgaron decenas de kilómetros hasta llegar al retén de Carabineros en Puente Negro, comuna de San Fernando. Los efectivos policiales no le creyeron hasta que les mostró la nota.
El sábado 23 de diciembre de 1972, 72 días después del accidente, los sobrevivientes fueron rescatados por dos helicópteros UH-1UH de La Fuerza Aérea de Chile y por miembros del Cuerpo de Socorro Andino, en condiciones muy extremas dada la altitud y las condiciones climáticas adversas el día de la operación.
El arriero, Sergio Catalán Martínez con el típico sombrero de copa aplanada y ala recta, el mismo tipo de sombrero que luciría hasta su ancianidad, fue objeto de todas las muestras posibles e imaginables de gratitud y cariño, siendo reconocido como un verdadero Padre de los jóvenes rugbistas uruguayos, hasta el día de su fallecimiento.
Una gran película que se recomienda por su contenido y actuación de grandes actores que reviven la trágica odisea acontecida en la Cordillera de los Andes por los jóvenes deportistas y acompañantes uruguayos , aquel 13 de octubre de 1972, y que impactó a todo el mundo.
