España prohíbe a Worldcoin seguir escaneando el iris a cambio de criptomonedas: en Chile captó a miles de usuarios
- ¿QUÉ PASÓ?
Worldcoin es la empresa de criptomonedas de Sam Altman, cofundador de OpenAl y creador de ChatGPT que, por estos días, está generando polémica en varios países de Europa tras solicitar el escaneo del iris del ojo a cambio de dinero.
La compañía instala stands en distintos lugares públicos y les ofrece a las personas que transitan por el lugar una compensación económica en criptomonedas, con la promesa que los usuarios las puedan monetizar, a cambio de sus datos biométricos.
“Orb” es el nombre del dispositivo que utiliza esta empresa para capturar una imagen del iris de las personas.
- Objetivo
Worldcoin mantiene que el objetivo de escanear los iris no es archivar datos biométricos, sino validar la identidad de la persona y contrastar que sea “única y humana” y no un “chatbot, un “bot” o robot informático.
Cabe señala que, en nuestro país, la empresa instaló stands durante el verano en distintos puntos del Gran Santiago, Viña del Mar, Valparaíso, Concepción y Curicó.
Según informa la propia compañía a través de su blog, 200 mil chilenos habrían permitido el escaneo del iris a cambio de un equivalente de $25 mil en criptomonedas.
- ¿Es legal?
Según consigna Agencia EFE, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) le prohibió a Worldcoin seguir escaneando el iris de miles de personas y la recopilación de datos personales de esa manera en España.
En paralelo, investigan si esta iniciativa se ajusta a los principios y obligaciones que establece el Reglamento General de Protección de Datos, con la finalidad de determinar sus impactos reales.
De acuerdo con lo informado por Agencia EFE, fuentes de la empresa reiteran que cumplen “plenamente” con todas las leyes y reglamentos que rigen la recopilación de datos biométricos y la transferencia de datos, incluido el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea.
Finalmente, cabe señalar que el tratamiento de este tipo de datos requiere que la persona sea plenamente consciente de las consecuencias que se pueden derivar del tratamiento de su información.