Noticias Chile | Marcela Céspedes, influencer chilena radicada en Nueva Zelanda: “Nunca más volví a vivir del crédito”

Foto: noticias.infocif.es
  • ¿QUÉ PASÓ?

Son cada vez más los chilenos que se animan a dejar el país para emprender una nueva aventura.

De acuerdo con una entrevista de BioBioChile, Marcela Céspedes, de 33 años, decidió viajar a Nueva Zelanda porque la experiencia le serviría para perfeccionar el idioma inglés, y optar a un mejor trabajo como ingeniera en comercio exterior.

Así que, en el año 2019, durante un mes de vacaciones, decidió emprender una travesía por el país insular, ubicado en Oceanía.

Finalmente, descubrió que era el lugar deal para empezar una nueva vida por lo que decidió quedarse.

  • Nueva Zelanda: un mundo de oportunidades

En conversación con BioBioChile, Marcela relata los principales beneficios de vivir en tierras neozelandesas.

Lo primero que menciona al medio ya citado, es que los oficios en Nueva Zelanda, tales como gasfiter, albañil o electricista, son bien valorados por la sociedad. “Acá la gente no se define por la profesión, si eres abogado o arquitecto, sino que todos son iguales, jamás alguien te preguntaría cuál es tu apellido o en que colegio estudiaste”.

“Es un país que no necesitas muchas veces un título para poder crecer. De hecho, jamás me han pedido que valide mi título, nunca tuve que hacer el trámite de apostillarlo, o sea, ellos saben que yo soy ingeniera y tengo mis capacidades, pero jamás me han pedido que valide mi título”.

Por lo antes mencionado, Céspedes señala que, en Nueva Zelanda, hay cierta facilidad para optar a un puesto en alguna empresa. “Hay muchos trabajos, a los que puedes ir escalando y partiendo desde abajo y luego ir creciendo”.

Tras mucho tiempo invertido, ahora Céspedes trabaja como oficial de compra para una farmacéutica, ganando en promedio tres millones de pesos chilenos.

Señala también que le alcanza para ahorrar medio millón de pesos chilenos. “Ahora no paso apuro económico, o sea, nunca más volví a vivir a crédito como en Chile”, subraya.

Foto: captura BBCL

Respecto a las dificultades que vivió durante los primeros meses de adaptación, Marcela Céspedes manifiesta al medio ya citado, que pensó que no iba a tener problemas con el inglés, porque podía hablarlo. Aunque nunca sospechó que el marcado acento de los kiwis (como se denominan los neozelandeses) era difícil de entender.

Para más detalle, la chilena cuenta que su primer trabajo fue cuidar la casa y los hijos de una familia “kiwi”. “Con ellos trabajaba 20 horas y las otras 20 horas, las tenía libre. También fue muy impactante porque yo pensé que iba a ser como una asesora del hogar, pero ellos eran muy preocupados de tus horas, que no se te pasaran”.

De esta manera, Marcela cuenta que existe una conciencia de que hay que tener un balance entre vida y trabajo. “A las cinco de la tarde salgo y nadie me llama, o sea, al llegar el fin de semana, nadie me está pidiendo que me conecte”, expresa a BioBioChile.

Respeto a las dificultades, relata que el actual gobierno neozelandés, desde el 2024, endureció la entrega de visas para trabajadores extranjeros con la finalidad de “favorecer el mercado laboral local y reducir los riesgos de dejar a los neozelandeses sin trabajo”.

Frente a este panorama, de recibir en 2023, cerca de 173.000 inmigrantes, de repente, hubo escasez de arrendar un hogar o encontrar un trabajo, explica Marcela.

“A veces hay tiktokers que dicen que ganaron dos mil dólares por cinco horas de trabajo”, no obstante, son personas que realmente arriendan una casa con varias personas o son solteros que no tienen familia, cuestiona Céspedes.

En efecto, en temporadas altas, el trabajo de temporero y recolector de frutas puede ser bien remunerado, aunque su duración es breve, puntualiza.

Por último, menciona: “¿Qué es lo que aprendí estando acá?, me cambió la perspectiva de que somos todos iguales, no hay un mayor valor por lo que estudiaste”.

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